En varias ocasiones, el Papa Francisco ha dicho que no existe el amor por entregas, el amor en porciones y con fecha de caducidad. Cuando se ama, se ama hasta el extremo y con todas las consecuencias. Siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestra pereza, de nuestras tristezas, para abrirnos a Dios y a los demás. La vocación consagrada pide este amor sin cálculos ni intereses.
ORACIÓN
Señor, dame tu fuerza para resistir a la tentación de amar calculando, dosificando.
Dame el empuje para dar el paso y el coraje de arriesgar por lo que vale la pena de verdad.
Más amor, Señor, y más autenticidad, y el valor de seguirte sin temor.
Más delicadeza, Señor, más amor del bueno, y el valor de olvidarme un poco de mi mismo.