31 de julio de 2018

LA SANTIDAD SE DA EN CADENA


"¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo?", se decía Ignacio de Loyola durante su convalecencia mientras leía la vida de los santos. No da igual ser santo que no serlo. No da igual que san Francisco o santo Domingo lo hayan sido. La historia cambió con ellos; otros muchos, como Ignacio, han sido santos también gracias a ellos. 

La santidad se da en cadena: por contagio e imitación, por atracción y deseo de llevar una vida así, tan extraordinaria. Nosotros, ¿a qué esperamos? ¿Por qué ellos sí y nosotros no? A veces se piensa que la santidad es un privilegio reservado a unos pocos elegidos. En realidad, ¡llegar a ser santo es la tarea de cada cristiano! Los santos fueron santos porque quisieron, con inmenso querer, ser fieles a Cristo y no anteponer nada a su amor. ¡Feliz fiesta de san Ignacio de Loyola!

¡Sed santos porque yo, vuestro Dios, soy santo!
(Lev 19, 2)