20 de febrero de 2019

NUESTRA PUERTA ESTÁ ABIERTA PARA TI

Encontrar el “motivo” por el que vale la pena vivir no tiene precio.

Saberse valioso para Aquél que nos dio la vida y nos espera para completarla aún más, es la mejor noticia que nos pueden dar.

Descubrir la grandeza de la propia libertad que lucha por no estar centrada en sí misma, para ser así capaz de ayudar a otros a ser libres de verdad, es lo más “alternativo” y “contracorriente” que podemos hacer.

Pero, sobre todo, comprender que las preguntas decisivas quizás no se refieren al “QUÉ”, sino al “QUIÉN”: hacia “quién” ir, a “quién” seguir, a “quién” confiar la propia vida, es sin duda lo mejor que nos puede pasar en la vida. 

Sólo Cristo nos espera cuando no nos satisface nada de lo que encontramos.

Sólo en Él descubrimos la belleza y la libertad que tanto nos atrae.

Es Él quien nos provoca con esa sed de "más" que no nos permite dejarnos llevar del conformismo.

Es Él quien nos lee en el corazón las decisiones más auténticas que otros querrían sofocar y nos da la gracia para tomarlas… 

¡Sólo Cristo tiene palabras que resisten al paso del tiempo y permanecen para la eternidad! 

Seguirle a Él, como san Francisco, en pobreza, humildad y fraternidad es la esencia de la vocación franciscana

No le des más vueltas: si esto despierta lo mejor de ti mismo: Ven, ¡nuestra puerta está abierta!