En la fiesta de santa Teresa de Jesús, recordamos esas palabras suyas en las que reconoce que su camino espiritual, puesto en cuestión por algunos, se inspira en el de grandes santos de la Orden Franciscana:
...¿qué más queremos que un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le ame y siempre le tenga presente. Miremos al glorioso san Pablo, que siempre tenía en sus labios a Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino: san Francisco, san Antonio de Padua...
